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¿Estaba justificada la política de apaciguamiento?
El apaciguamiento, la política de hacer concesiones a las potencias dictatoriales para evitar el conflicto, rigió la política exterior anglo-francesa durante la década de 1930. Se asoció de forma indeleble con el primer ministro conservador Neville Chamberlain. Aunque las raíces del apaciguamiento se encontraban principalmente en la debilidad de los acuerdos de seguridad colectiva posteriores a la Primera Guerra Mundial, la política estaba motivada por varios otros factores.
En primer lugar, el legado de la Gran Guerra en Francia y Gran Bretaña generó un fuerte deseo público y político de lograr la “paz a cualquier precio”. En segundo lugar, ninguno de los dos países estaba preparado militarmente para la guerra. El pacifismo generalizado y el cansancio de la guerra (por no mencionar el legado económico de la Gran Depresión) no favorecían el rearme. En tercer lugar, muchos políticos británicos creían que Alemania tenía auténticos agravios derivados de Versalles. Por último, algunos políticos británicos admiraban a Hitler y Mussolini, pues no los veían como peligrosos fascistas sino como líderes fuertes y patrióticos. En la década de 1930, Gran Bretaña consideraba que su principal amenaza era el comunismo y no el fascismo, y veía a los regímenes autoritarios de derecha como baluartes contra su propagación.
Discutir críticamente la política de apaciguamiento
El aislacionismo caló hondo en las corrientes de la política y la sociedad estadounidenses en la década de 1930. La mayoría de la gente creía que la nación tenía mucho que hacer en sus intentos por salir de la Depresión. Y los historiadores “revisionistas” argumentaban que la Primera Guerra Mundial no había sido más que una sórdida lucha entre potencias imperialistas por la riqueza. Por lo tanto, era en el mejor interés de la paz y la democracia que los Estados Unidos evitaran
guerras de ultramar. Sin duda, la mayoría de los estadounidenses contemplaron con horror la brutalidad contra los judíos alemanes o la masacre de chinos inocentes. Pero no veían cómo la intervención estadounidense podía hacer otra cosa que arrastrar a la nación a otro
conflicto. Por ejemplo, las disposiciones de “cash-and-carry” exigían que los beligerantes pagaran en efectivo en el acto cualquier compra de material de guerra a Estados Unidos y transportaran las mercancías en sus propios barcos. Además, se prohibía a los ciudadanos estadounidenses viajar en barcos operados por los beligerantes. Este planteamiento de distancia impuesta al presidente Roosevelt por el Congreso reflejaba el recelo de la opinión pública a convertir a Estados Unidos en objetivo de una agresión. En la práctica, estas y otras medidas se vieron complicadas por incertidumbres económicas, políticas y diplomáticas que tuvieron consecuencias imprevistas. En general, las acciones estadounidenses hasta el ataque a Pearl Harbor en 1941 estuvieron marcadas por una tensión entre aislacionistas estridentes como el famoso piloto Charles Lindbergh y un Roosevelt mucho más activista que abogaba por una “cuarentena” de los agresores.
Política de apaciguamiento de la 2ª Guerra Mundial
La primera fuente utilizada en la investigación es el libro “Tiempos modernos: Una historia del mundo moderno”, escrito por el periodista e historiador británico Paul Johnson y publicado por primera vez en 1983.
Un valor del libro en cuanto a su contenido es su información detallada sobre la tesis de los “Hombres Culpables”, ya que transmite que los Aliados deberían haber actuado contra Hitler en 1938 en lugar de rendirse diplomáticamente en la Conferencia de Munich con la política de apaciguamiento. Esto proviene de la investigación minuciosa, detallada y enfocada de Johnson. Un valor del origen es que esta fuente muestra la perspectiva británica de Johnson como testigo de la diplomacia del apaciguamiento, ya que vivió la Segunda Guerra Mundial como adolescente, lo que me ayudará a explorar la controversia del apaciguamiento. Un valor de propósito es la intención académica dedicada de Johnson de explicar e informar sobre el impacto del fracaso del apaciguamiento a través de su apoyo a la tesis de los “Hombres Culpables” (entre otras cosas), lo que me ayudará a formar un argumento detallado sobre el impacto del apaciguamiento.
Características del apaciguamiento
El primer ministro británico Neville Chamberlain (1869 – 1940, izquierda) estrecha la mano del canciller alemán … [Adolf Hitler en Bad Godesberg, Alemania, durante la crisis de los Sudetes, el 24 de septiembre de 1938. (Foto de Keystone/Hulton Archive/Getty Images)
Winston Churchill creía que la Segunda Guerra Mundial debería haberse llamado “la guerra innecesaria”. Como él mismo explicó, “nunca hubo una guerra más fácil de parar que esa [la Segunda Guerra Mundial]”. En cambio, el mundo sufrió el conflicto más sangriento de la historia de la humanidad. Durante la década de 1930, Occidente tuvo numerosas oportunidades de tomar medidas decisivas contra Hitler. No lo hicieron. El pobre liderazgo occidental permitió que la amenaza nazi creciera hasta alcanzar proporciones monstruosas. Este catastrófico fracaso de liderazgo ofrece importantes lecciones para los responsables de la toma de decisiones en la actualidad.
Cuando Hitler tomó el poder en 1933, muchos diplomáticos extranjeros ya estaban familiarizados con su violenta ideología nacionalista. Hitler había anunciado a menudo su intención de remilitarizar Alemania. En su primer año, se retiró de la Sociedad de Naciones y de la Conferencia Mundial de Desarme.
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