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Aumento de escala o reducción de escala
No hay que mirar muy lejos en el mundo de los semiconductores para ver la palabra “escalado”. Tal vez haya leído el titular de un artículo de la industria sobre el escalado de los transistores: cómo esos componentes casi a nanoescala están reduciendo su tamaño hasta la escala atómica. O tal vez haya oído una referencia al escalado de la capacidad de la memoria: cómo nuestros dispositivos móviles favoritos pueden almacenar más vídeos de alta resolución. Sea cual sea el contexto, escalar es casi siempre sinónimo de “progresar”.
Ese progreso se consigue reduciendo el tamaño de los dispositivos, creciendo en la tercera dimensión e incorporando nuevos materiales y arquitecturas innovadoras. Estos avances tecnológicos hacen posible la era digital en la que vivimos hoy. A lo largo de los años, el escalado ha producido dispositivos que han cambiado drásticamente casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, poniendo enormes cantidades de información digital al alcance de nuestras manos.
El fenómeno del escalado de los semiconductores tiene una descripción especialmente famosa: La Ley de Moore. Originalmente concebida como una observación económica, predice la duplicación de la densidad de los componentes de los chips cada dos años. Durante décadas, la industria se mantuvo en el camino reduciendo una dimensión clave (o “crítica”) de los componentes gracias a los avances en litografía y grabado por plasma, los procesos por los que se define un patrón en la superficie de la oblea y se transfiere al material subyacente. Esa dimensión crítica suele ser la de la longitud de la puerta del transistor. Por ejemplo, el nodo tecnológico de 0,5 µm producía un transistor con una longitud de puerta de 0,5 µm. Con los años, la definición de nodo tecnológico ha evolucionado y ahora se considera más un nombre generacional que una medida de cualquier dimensión clave. Lo que sigue siendo lo mismo es nuestra expectativa de que el escalado de los nodos aportará un mejor rendimiento de los dispositivos y una mayor eficiencia energética, además de costar menos de construir.
Hoja de trabajo sobre la ampliación y la reducción de los cocientes
Según el informe Data Age 2025, se espera que los datos mundiales crezcan un 61% hasta alcanzar los 175 zettabytes en 2025. El sector empresarial, en particular, genera más del 30% cada año. Para estar preparado para un futuro digital, hay que considerar de antemano la estrategia de escalado de la infraestructura de datos.
Scale-up y scale-out son las principales formas de añadir capacidad a su infraestructura. Aunque ambas soluciones cumplen la misma función y la perspectiva del usuario final, resuelven diferentes problemas de capacidad y necesidades de la infraestructura del sistema.
Mientras que el scale-up le permite aumentar el rendimiento del hardware existente, así como ampliar su ciclo de vida, el scale-out le permite aprovechar las nuevas tecnologías de servidor en la ejecución de la tolerancia a fallos, la supervisión del sistema y minimizar el tiempo de inactividad.
Cuando aplique el scale-up, tenga en cuenta las futuras actualizaciones y el soporte de software que podrían estar limitados por la dependencia del proveedor. El escalado le permite aprovechar la última tecnología de memoria, almacenamiento y procesador.
El escalado no es adecuado para una estrategia a largo plazo, ya que la capacidad de los servidores se actualizará hasta el umbral de su rendimiento. El enfoque scale-out permite escalar la arquitectura a largo plazo.
Definición de escalabilidad
Los responsables de TI se encuentran con problemas de escalabilidad de forma habitual. Es difícil predecir las tasas de crecimiento de las aplicaciones, el uso de la capacidad de almacenamiento y el ancho de banda. Cuando una carga de trabajo alcanza los límites de capacidad, la cuestión es cómo se mantiene el rendimiento al tiempo que se preserva la eficiencia para escalar. La capacidad de utilizar la nube para escalar rápidamente y manejar un crecimiento rápido e inesperado o cambios estacionales en la demanda se ha convertido en una de las principales ventajas de los servicios de nube pública, pero también puede convertirse en un lastre si no se gestiona adecuadamente. Adquirir acceso a infraestructura adicional en cuestión de minutos se ha convertido en algo muy atractivo. Sin embargo, hay que tomar decisiones sobre qué tipo de escalabilidad se necesita para satisfacer la demanda y cómo hacer un seguimiento preciso de los gastos.
La escalabilidad de la infraestructura gestiona las necesidades cambiantes de una aplicación añadiendo o eliminando recursos de forma estática para satisfacer las demandas cambiantes de la aplicación según sea necesario. En la mayoría de los casos, esto se gestiona mediante la ampliación (escalado vertical) y/o la reducción (escalado horizontal). Se han realizado muchos estudios y se ha desarrollado una arquitectura en torno a la escalabilidad de la nube que aborda muchas áreas de su funcionamiento y de la arquitectura de las aplicaciones emergentes “nativas de la nube”. En este artículo, nos centraremos en primer lugar en la comparación de la escalabilidad hacia arriba y hacia afuera.
Escalar el modelo de negocio
Los responsables de TI se encuentran con problemas de escalabilidad de forma habitual. Es difícil predecir las tasas de crecimiento de las aplicaciones, el uso de la capacidad de almacenamiento y el ancho de banda. Cuando una carga de trabajo alcanza los límites de capacidad, la cuestión es cómo se mantiene el rendimiento al tiempo que se preserva la eficiencia para escalar. La capacidad de utilizar la nube para escalar rápidamente y manejar un crecimiento rápido e inesperado o cambios estacionales en la demanda se ha convertido en una de las principales ventajas de los servicios de nube pública, pero también puede convertirse en un lastre si no se gestiona adecuadamente. Adquirir acceso a infraestructura adicional en cuestión de minutos se ha convertido en algo muy atractivo. Sin embargo, hay que tomar decisiones sobre qué tipo de escalabilidad se necesita para satisfacer la demanda y cómo hacer un seguimiento preciso de los gastos.
La escalabilidad de la infraestructura gestiona las necesidades cambiantes de una aplicación añadiendo o eliminando recursos de forma estática para satisfacer las demandas cambiantes de la aplicación según sea necesario. En la mayoría de los casos, esto se gestiona mediante la ampliación (escalado vertical) y/o la reducción (escalado horizontal). Se han realizado muchos estudios y se ha desarrollado una arquitectura en torno a la escalabilidad de la nube que aborda muchas áreas de su funcionamiento y de la arquitectura de las aplicaciones emergentes “nativas de la nube”. En este artículo, nos centraremos en primer lugar en la comparación de la escalabilidad hacia arriba y hacia afuera.
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Bienvenid@s a Trenmadridalicante.es, soy Carlos de la Cerda Gutiérrez, copywriter.
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