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Elecciones en Chile
La mayoría relativa obtenida fue ratificada por el Congreso Nacional con el apoyo de la Democracia Cristiana y los votos en contra de los partidos de derecha. Así, el candidato de la Unidad Popular asumió la presidencia de Chile el 4 de noviembre de 1970. El mandato de 6 años que debía cumplir fue interrumpido por el golpe militar de 1973, que impuso una dictadura sangrienta y corrupta encabezada por el general Augusto Pinochet, que duró 17 años.
El triunfo de Allende fue celebrado en todo el mundo progresista que vio una forma diferente de realizar las grandes transformaciones sociales sin recurrir a la lucha armada. Fue romper la concepción leninista de la toma del poder por la clase obrera y su vanguardia política para imponer la dictadura del proletariado. Allende sostenía que era posible triunfar utilizando la misma democracia burguesa y señalaba que la revolución chilena sería “con sabor a empanadas y vino tinto”, es decir, una vía propia, acorde con nuestra realidad, tradición democrática y características culturales: la llamada “vía chilena al socialismo”. Él sabía que sería extremadamente difícil. Los conocía bien: a los oligarcas de derecha, a los clasistas, a los agrarios, a los apegados a la tierra, a los reaccionarios, a los aliados del capital extranjero y de Estados Unidos, especialmente. Sabía que harían todo lo posible para evitar la pérdida de sus fincas y privilegios. Estados Unidos, que había dado millones de dólares durante la campaña electoral para impedir la victoria de la izquierda, declaró inmediatamente una guerra encubierta al gobierno democráticamente elegido. El programa que Allende y la Unidad Popular propusieron al pueblo de Chile era revolucionario: medidas sociales, económicas y políticas para transformar el país.
Elecciones en Chile 1970
La conquista de Chile, iniciada en 1536-37 por Diego de Valdivia, se llevó a cabo con la misma brutalidad que se empleó en otras partes del continente. Pero los conquistadores no encontraron ningún “El Dorado” en Chile. Los más bien escasos yacimientos de oro no compensaron las costosas guerras en las fronteras aracueñas que duraron hasta 1880 y que convirtieron a Chile en una zona deficitaria para la Corona española.
Tanto en el norte como en el sur, el clima hacía muy difícil el desarrollo de la agricultura. Mientras que México y Perú atraían a los elementos más aventureros e imaginativos de la clase dirigente, Chile no ofrecía las mismas perspectivas de enriquecimiento personal y prestigio. Por otra parte, los indios aracuanos resistieron heroicamente al invasor extranjero hasta 1880, demostrando una gran inteligencia y fuerza de coraje, cambiando sus tácticas militares y su forma de vida según las cambiantes condiciones de lucha.
Los invasores sólo lograron la “pacificación” de los aracuanos mediante una política de exterminio sistemático. En las sangrientas guerras contra los indios podemos ver el verdadero carácter de los terratenientes chilenos, un carácter forjado en la conquista y esclavización de la población, métodos a los que se acostumbraron durante siglos al considerar a los indios como seres inferiores, ligeramente mejores que los animales. Esta mentalidad de raza superior ha caracterizado a la clase dirigente chilena hasta la actualidad.
Presidente de Chile
La izquierda chilena ha tardado más de cincuenta años en volver al poder, y la victoria merece ser saboreada. Aun así, Gabriel Boric, el nuevo presidente electo de Chile, tomará posesión de su cargo el 11 de marzo de 2022, con un mandato desalentador: comenzar el arduo trabajo de desmantelar un sistema neoliberal profundamente arraigado y cumplir las elevadas expectativas de un estado de bienestar más robusto y consagrado por la Constitución.
A Boric le puede servir de consuelo saber que su victoria es la última de una lucha de siglos por hacer de la sociedad chilena un lugar de bienestar y prosperidad para la clase trabajadora. Ese era el sueño de Salvador Allende cuando, en 1939, el médico socialista de rostro todavía fresco asumió el cargo de ministro de Sanidad de la alianza de gobierno de izquierdas del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda.
Allende se convertiría en 1970 en el famoso líder de la “vía chilena al socialismo”: un experimento de gobierno popular sin precedentes de mil días de duración que incluía nacionalizaciones de industrias clave, la creación de instituciones de representación de la clase trabajadora y, quizás lo más controvertido, un programa de reforma agraria radical y acelerada.
Elecciones en Chile 2013
El Partido Socialista de Chile (PS) es un partido político de centro-izquierda. Su líder histórico fue el Presidente de Chile Salvador Allende, que fue depuesto en un golpe de Estado por el General Augusto Pinochet en 1973. Veintisiete años después, Ricardo Lagos Escobar representó al Partido Socialista en las elecciones presidenciales chilenas de 1999-2000. Obtuvo el 48,0% en la primera vuelta electoral y fue elegido con el 51,3% en la segunda. En las elecciones parlamentarias chilenas de 2001, como parte de la Coalición de Partidos por la Democracia, el partido obtuvo 10 de los 117 escaños de la Cámara de Diputados de Chile y 5 de los 38 escaños elegidos en el Senado. Tras las elecciones parlamentarias chilenas de 2005, el partido aumentó sus escaños a 15 y 8, respectivamente. En las elecciones parlamentarias chilenas de 2009, conservó 11 escaños en el Congreso y 5 en el Senado.
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