¿Cuál fue el detonante que provocó el inicio de la Primera Guerra Mundial?

Efectos de la primera guerra mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-18) supuso el primer gran conflicto internacional del siglo XX. El trauma de la guerra marcaría profundamente las actitudes y acciones tanto de los líderes como de la gente común durante el Holocausto. El impacto del conflicto y su paz divisoria tendrían eco en las décadas siguientes, dando lugar a una segunda guerra mundial y al genocidio cometido bajo su cobertura.

La Primera Guerra Mundial marcó el primer gran conflicto internacional del siglo XX. El asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austrohúngara, y de su esposa, la duquesa Sofía, en Sarajevo el 28 de junio de 1914, desencadenó las hostilidades. Los combates comenzaron en agosto de 1914 y continuaron en varios continentes durante los cuatro años siguientes.

Al principio hubo entusiasmo en todos los bandos y confianza en una victoria rápida y decisiva. Este entusiasmo se desvaneció a medida que la guerra se empantanaba. Se convirtió en un estancamiento de costosas batallas y guerra de trincheras, especialmente en el frente occidental europeo.

El sistema de trincheras y fortificaciones en Europa occidental se extendía, en su mayor parte, a lo largo de unas 475 millas. Se extendía aproximadamente desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza. Para la mayoría de los combatientes norteamericanos y europeos occidentales, su experiencia de la guerra fue la guerra de trincheras.

Cronología de la Primera Guerra Mundial

La identificación de las causas de la Primera Guerra Mundial sigue siendo controvertida. La Primera Guerra Mundial comenzó en los Balcanes el 28 de julio de 1914 y las hostilidades terminaron el 11 de noviembre de 1918, dejando 17 millones de muertos y 25 millones de heridos.

Los estudiosos que analizan el largo plazo tratan de explicar por qué dos conjuntos de potencias rivales (el Imperio Alemán y Austria-Hungría contra el Imperio Ruso, Francia, el Imperio Británico y más tarde Estados Unidos) entraron en conflicto en 1914. Para ello, se han tenido en cuenta factores como la competencia política, territorial y económica; el militarismo, una compleja red de alianzas y alineamientos; el imperialismo, el crecimiento del nacionalismo y el vacío de poder creado por el declive del Imperio Otomano. Otros factores importantes a largo plazo o estructurales que se suelen estudiar son las disputas territoriales no resueltas, la percepción de la ruptura del equilibrio de poder europeo,[1][2] la gobernanza enrevesada y fragmentada, las carreras armamentísticas de las décadas anteriores y la planificación militar[3].

Los estudiosos que buscan un análisis a corto plazo centrado en el verano de 1914 se preguntan si el conflicto podría haberse detenido o si las causas más profundas lo hicieron inevitable. Las causas inmediatas radicaron en las decisiones tomadas por los estadistas y los generales durante la Crisis de Julio, desencadenada por el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos del nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip, que había sido apoyado por una organización nacionalista de Serbia[4] La crisis se agravó cuando al conflicto entre Austria-Hungría y Serbia se sumaron sus aliados Rusia, Alemania, Francia y, en última instancia, Bélgica y el Reino Unido. Otros factores que entraron en juego durante la crisis diplomática que condujo a la guerra fueron las percepciones erróneas de las intenciones (como la creencia alemana de que Gran Bretaña se mantendría neutral), el fatalismo de que la guerra era inevitable y la rapidez de la crisis, que se vio exacerbada por los retrasos y malentendidos en las comunicaciones diplomáticas.

Segunda Guerra Mundial

El 28 de junio de 1914, un nacionalista bosnio, Gavrilo Princip, asesinó al archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro, y a su esposa Sofía. Este acontecimiento se describe como el catalizador de la Primera Guerra Mundial, pero no fue la única causa de la guerra.

Fueron varios los factores interconectados que provocaron el estallido de la guerra y que, por sí solos, podrían no haber conducido a una guerra a gran escala. Muchos acontecimientos ocurridos en julio de 1914 condujeron a la guerra. Como miembro del Imperio Británico, Australia fue a la guerra para apoyar al Reino Unido (RU). La guerra acabó implicando a países ajenos a los imperios europeos, como Japón y Estados Unidos de América.

Las ideas de Fischer de separar el régimen nazi de la historia más amplia de Alemania fueron objeto de controversia. Al exponer su argumento, Fischer planteó cuestiones sobre la singularidad de la Alemania nazi. Aunque su trabajo fue importante, exageró la responsabilidad de Alemania en la causa de la Primera Guerra Mundial.

Pintura de la sesión final del Congreso de Berlín del 13 de julio de 1878; la acción central muestra al canciller alemán Otto von Bismarck, a la izquierda, estrechando la mano del estadista ruso Pyotr Schuwalow, a la derecha. Imagen: Berliner Kongress, Wikimedia Commons

Ww1 EE.UU.

La Primera Guerra Mundial comenzó en agosto de 1914. Duraría más de cuatro años y mataría a unos nueve millones de personas de uniforme. En el mismo periodo de tiempo, la guerra y otros conflictos violentos matarían a unos veinte millones de civiles. El mundo nunca volvería a ser el mismo.

Las principales potencias de Europa llevaban años preparándose para la guerra. La situación era tan tensa antes de la guerra que muchos llamaron a Europa un barril de pólvora a punto de estallar. Los factores clave en la preparación de la guerra fueron:

Las complicadas alianzas militares y los tratados entre las potencias europeas dividieron gran parte de Europa. La consecuencia de estas alianzas y tratados era que si un país o bloque de poder entraba en guerra, los demás probablemente también lo harían. Los dos bandos enfrentados en Europa eran:

Italia, inicialmente aliada de las Potencias Centrales, se negó a participar en lo que consideraba su guerra de agresión. En mayo de 1915, Italia se unió a la Entente con la esperanza de adquirir territorio de Austria-Hungría y nuevas posesiones coloniales, principalmente en África.