Contenidos
- Responsabilidad social hacia el medio ambiente
- ¿Qué relación hay entre la preocupación por el medio ambiente y la responsabilidad social de las empresas?
- Clasificación de las revistas de responsabilidad social corporativa y gestión medioambiental
- La responsabilidad social de las empresas
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Las empresas se centran cada vez más en la responsabilidad social, ya sea defendiendo los derechos de la mujer, protegiendo el medio ambiente o intentando eliminar la pobreza, a nivel local, nacional o mundial. Desde un punto de vista óptico, las empresas socialmente responsables proyectan una imagen más atractiva tanto para los consumidores como para los accionistas, lo que repercute positivamente en sus resultados.
Adoptar políticas socialmente responsables contribuye en gran medida a atraer y retener a los clientes, lo que es esencial para el éxito a largo plazo de una empresa. Además, muchas personas están dispuestas a pagar una prima por los productos, sabiendo que parte de los beneficios se destinarán a causas sociales cercanas y queridas.
Asimismo, las empresas pueden ver incrementado el tráfico de personas si mejoran la comunidad local. Por ejemplo, los bancos que conceden préstamos a los hogares con bajos ingresos son capaces de ver un aumento del negocio, como resultado directo.
Las empresas socialmente responsables tienden a atraer a empleados deseosos de marcar la diferencia en el mundo, además de cobrar un sueldo. En las grandes empresas, la unión hace la fuerza, ya que los esfuerzos colectivos de los empleados pueden lograr resultados sustanciales, lo que aumenta la moral en el lugar de trabajo e impulsa la productividad.
La responsabilidad social corporativa, es decir, las prácticas empresariales sostenibles y responsables, constituye un elemento clave de la estrategia corporativa del Grupo Lufthansa. Por ello, como filial de Lufthansa, también nos comprometemos plenamente a asumir la responsabilidad por el clima y el medio ambiente, nuestros clientes, nuestros empleados y la sociedad en la que vivimos.
No sólo trabajamos incansablemente para mejorar la protección del clima y el medio ambiente, sino que también tratamos a nuestros empleados de forma ética y justa, estamos plenamente comprometidos con las cuestiones sociales como empresa y nos aseguramos de que nuestras actividades cumplan la ley.
Nuestros empleados son nuestro activo más valioso. Proceden de distintos grupos de edad, países y culturas, lo que significa que todos y cada uno de ellos aportan perspectivas y habilidades diferentes y valiosas. Esta diversidad hace que nuestra empresa sea fuerte, innovadora, creativa y capaz. Con una amplia gama de opciones de formación y desarrollo disponibles, así como modelos de empleo flexibles, se anima a cada miembro de nuestro equipo a ampliar y mantener su nivel de experiencia, y puede disfrutar de un equilibrio saludable entre trabajo y vida privada. A medida que evolucionan los arreglos familiares y los modelos de empleo, los nuevos modelos son cada vez más importantes. Hoy en día, la atención se centra en los modelos de empleo que tienen en cuenta las diferentes necesidades que una persona puede tener en las distintas fases de su vida. Estos modelos no sólo facilitan la conciliación de la vida laboral y familiar, sino que también aumentan la motivación y el bienestar de los empleados. Lufthansa Industry Solutions apoya a sus empleados y al personal directivo ofreciéndoles modelos de empleo flexibles o proporcionándoles una baja laboral temporal por motivos humanitarios.
A pesar del ideal ampliamente aceptado del “valor compartido”, una investigación dirigida por Kasturi Rangan, de la Harvard Business School, sugiere que no es la norma, y eso está bien. La mayoría de las empresas practican una versión polifacética de la RSC que abarca desde la filantropía pura hasta la sostenibilidad medioambiental, pasando por lo explícitamente estratégico. Para maximizar su impacto, las empresas deben asegurarse de que las iniciativas en los distintos teatros formen una plataforma unificada. Cuatro pasos pueden ayudarles a conseguirlo:
Las empresas deben examinar sus programas existentes en cada teatro, reduciendo o eliminando aquellos que no aborden un problema social o medioambiental importante en consonancia con el propósito y los valores empresariales de la empresa.
La variedad de propósitos que subyacen a las iniciativas en los distintos ámbitos y la variación en la forma de gestionar esas iniciativas suponen grandes obstáculos para muchas empresas. El desarrollo de la estrategia puede ser descendente o ascendente, pero la comunicación continua es clave.
Las iniciativas de RSE de muchas empresas son dispares y descoordinadas, dirigidas por diversos directivos sin la participación activa del director general. Estas empresas no pueden maximizar su impacto positivo en los sistemas sociales y medioambientales en los que operan.
El aspecto medioambiental de la RSE ha sido objeto de debate en las últimas décadas, ya que las partes interesadas exigen cada vez más a las organizaciones una mayor conciencia medioambiental y responsabilidad social[2] En el modelo empresarial tradicional, la protección del medio ambiente se consideraba únicamente en relación con el “interés público”. Hasta ahora, los gobiernos habían mantenido la responsabilidad principal de garantizar la gestión y la conservación del medio ambiente.
El sector público se ha centrado en la elaboración de normativas y la imposición de sanciones como medio para facilitar la protección del medio ambiente. Recientemente, el sector privado ha adoptado el enfoque de la corresponsabilidad hacia la prevención y el alivio de los daños medioambientales[3] Los sectores y sus funciones han ido cambiando, y el sector privado se ha vuelto más activo en la protección del medio ambiente. Muchos gobiernos, corporaciones y grandes empresas están aportando ahora estrategias para la protección del medio ambiente y el crecimiento económico.
La Comisión Mundial del Medio Ambiente publicó el Informe Brundtland en 1987 para abordar el desarrollo sostenible. Desde entonces, directivos, académicos y empresarios han tratado de determinar por qué y cómo las grandes empresas deben incorporar los aspectos medioambientales a sus propias políticas. En los últimos años, un número creciente de empresas se ha comprometido a proteger los entornos naturales.
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