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Política fiscal contractiva
Política fiscal expansiva: Esta política está diseñada para impulsar la economía. Se utiliza sobre todo en épocas de alto desempleo y recesión. Consiste en que el gobierno baje los impuestos y gaste más, o una de las dos cosas. El objetivo es estimular la economía y garantizar que el poder adquisitivo de los consumidores no se debilite.
Impuestos: Los fondos en forma de impuestos directos e indirectos, las ganancias de capital de las inversiones, etc., ayudan al gobierno a funcionar. Los impuestos afectan a la renta del consumidor y los cambios en el consumo provocan cambios en el producto interior bruto (PIB) real.
El gasto público: Incluye los programas de bienestar, los salarios del gobierno, las subvenciones, las infraestructuras, etc. El gasto público tiene la capacidad de aumentar o disminuir el PIB real, por lo que se incluye como herramienta de política fiscal.
Algunos de los objetivos clave de la política fiscal son la estabilidad económica, la estabilidad de los precios, el pleno empleo, la asignación óptima de recursos, la aceleración del ritmo de desarrollo económico, el fomento de la inversión y la formación de capital y el crecimiento.
Estímulo fiscal
La política monetaria consiste en mantener estables los precios de los bienes y servicios que compramos. El trabajo del banco central es asegurarse de que la inflación -la tasa de variación de los precios globales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo- se mantenga baja, estable y predecible.
La política fiscal se refiere a las decisiones económicas que toman los gobiernos. Los gobiernos pueden decidir gastar dinero para prestar servicios públicos, apoyar la economía y reducir las desigualdades. Pueden recaudar este dinero a través de los impuestos o pidiendo préstamos a los mercados financieros.
La política monetaria y la política fiscal funcionan de forma diferente. Pero también interactúan entre sí, ya que la estabilidad de los precios y una economía equilibrada son dos caras de la misma moneda. Como vimos durante la pandemia, este vínculo es especialmente fuerte en tiempos de crisis. La crisis golpeó duramente a Europa y perjudicó a la economía, pero la política monetaria y fiscal trabajaron codo con codo para mejorar las cosas. Este enfoque conjunto ayudó a muchas personas y empresas a superar la crisis. Si la política monetaria y fiscal no hubieran trabajado juntas, el impacto positivo habría sido menor.
Ejemplos de política fiscal
El papel del gobierno en la economía estadounidense va mucho más allá de sus actividades como regulador de industrias específicas. El gobierno también gestiona el ritmo general de la actividad económica, tratando de mantener altos niveles de empleo y precios estables. Dispone de dos herramientas principales para lograr estos objetivos: la política fiscal, mediante la cual determina el nivel adecuado de impuestos y gastos, y la política monetaria, mediante la cual gestiona la oferta de dinero.
Gran parte de la historia de la política económica en Estados Unidos, desde la Gran Depresión de los años 30, ha implicado un esfuerzo continuo por parte del gobierno para encontrar una combinación de políticas fiscales y monetarias que permita un crecimiento sostenido y precios estables. No es una tarea fácil, y ha habido notables fracasos en el camino.
Pero el gobierno ha mejorado en la promoción del crecimiento sostenible. Desde 1854 hasta 1919, la economía estadounidense pasó casi tanto tiempo contrayéndose como creciendo: la expansión económica media (definida como un aumento de la producción de bienes y servicios) duró 27 meses, mientras que la recesión media (un período de disminución de la producción) duró 22 meses. De 1919 a 1945, el récord mejoró, con una expansión media de 35 meses y una recesión media de 18 meses. Y de 1945 a 1991, las cosas mejoraron aún más, ya que la expansión media duró 50 meses y la recesión media duró sólo 11 meses.
Política fiscal – deutsch
En economía y ciencias políticas, la política fiscal es el uso del presupuesto gubernamental o de la recaudación de ingresos (impuestos) y de los gastos (gastos) para influir en la economía. Los dos principales instrumentos de la política fiscal son los impuestos y el gasto público. Los cambios en el nivel y la composición de los impuestos y el gasto público pueden afectar a las siguientes variables de la economía (1) la demanda agregada y el nivel de actividad económica; (2) el patrón de asignación de recursos; y (3) la distribución de la renta.
Sin embargo, estas definiciones pueden ser engañosas. Incluso sin cambios en el gasto o en las leyes fiscales, las fluctuaciones cíclicas de la economía provocan fluctuaciones cíclicas de los ingresos fiscales y de algunos tipos de gasto público, lo que altera la situación del déficit; estos no se consideran cambios de política. Por lo tanto, a efectos de las definiciones anteriores, el “gasto público” y los “ingresos fiscales” se sustituyen normalmente por el “gasto público ajustado al ciclo” y los “ingresos fiscales ajustados al ciclo”. Así, por ejemplo, se considera que un presupuesto público equilibrado a lo largo del ciclo económico representa una postura de política fiscal neutral.
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