¿Cuántos años tiene Manuel Ruiz de Lopera?

Evolución Grotesca – Destructor (Contra El Muro 2015)

En 1907 un grupo de estudiantes de medicina que se preparaban para la carrera militar en una Escuela Politécnica situada en la calle Cervantes crearon un club de fútbol llamado “Sevilla Balompié”. El grupo estaba formado por muchos hermanos: los hermanos Hermosa, los hermanos Wesolowski, los hermanos Castillo, los hermanos Cascales y los hermanos Gutiérrez. La primera equipación del equipo fue blanca y azul. El primer presidente fue Alfonso de Castillo Ochoa y el primer capitán, que también entrenó al equipo, fue Manuel Ramos Asencio, en 1914. Las oficinas del club se ubicaron en la calle Alfonso XIII (1907-1909), en Federico de Castro (1910-1911) y en Jerónimo Hernández (1912-1914).

Pronto, el equipo “Balompié” se dio a conocer tras ganar la primera Copa de Sevilla en 1910; posteriormente, recuperó el trofeo en 1911, 1912 y 1915. A principios de 1910 participaron en la primera Copa de Andalucía y fueron invitados a participar en la Copa de España, pero declinaron por motivos económicos.

Según la historia oral, en 1909 se fundó el Betis Foot-ball Club como ruptura con el Sevilla Foot-ball Club. Eladio García de la Borbolla, hasta entonces miembro de la junta directiva del Sevilla Foot-ball Club, decidió marcharse y crear su propio equipo. Debemos ser cautos con la veracidad de esta información, ya que el primer partido del que se tiene constancia que jugó ese equipo del Betis se produjo en 1910. Por aquel entonces, un periódico comentaba la “inexperiencia del equipo recién creado”. De este modo, el Betis Foot-ball Club apareció en escena con sede social en la calle Mariscal (1909-1911) y en Federico de Castro (1912-1914).

El vídeo favorito de todos los tiempos

Mujeres hermosas, naranjas dulces, 3.000 bares de tapas y el Real Betis: ese es mi tipo de fin de semana de fútbol europeo. Olvídate de las tonterías de nadar con delfines: una visita al Estadio Benito Villamarín ha estado en mi lista de “cosas que hacer antes de morir” durante años. El Betis es un club divertido, con una afición que posee un importante -para mí- sentido del humor. Piensa en el Manchester City antes de que el dinero empezara a llegar. Puede que hoy hiciera 40 grados, pero eso no impidió que un inglés loco y unos 40.000 béticos salieran a la calle bajo el sol del mediodía.

Están en deuda, por supuesto. Es una historia demasiado conocida en España, y no sólo en los círculos futbolísticos. Creo que es justo decir que el Betis es uno de los clubes en el centro de la reciente huelga en España al no haber pagado a sus jugadores, pasados y presentes, grandes sumas de dinero. Sus problemas financieros ascienden a 80 millones de euros, si nos atenemos a los rumores. Pensé que sería mejor comprar unas zapatillas en la tienda del club, eso me haría quedar bien con los locales. Siempre pensando, yo. Fue una elección complicada; tenían tres (tres) variantes. Júbilo.

Ambrosía sonora

El empresario, de 64 años, recibió la orden de poner a la venta el 54% de sus acciones tras el descenso del equipo a Segunda División al final de la pasada temporada, y hace apenas dos semanas un portavoz del club anunció que Lopera estaba efectivamente dispuesto a vender su participación. Pero, de momento, no ha habido ninguna novedad.

“Quiero complacer a todos los aficionados del Betis y, por eso, he estado tranquilamente sentado en casa esperando ofertas. Y sigo esperando una. Todo el mundo decía que a los 15 días aparecerían los béticos con dinero, pero no he visto nada”.

“No veo a la afición del Sevilla pidiendo a su principal accionista que les regale el club. En casi todos los clubes hay un accionista mayoritario, y por aquí no he vendido ninguna parte de la empresa en los últimos 17 años”, explicó.

“He recibido ofertas antes, y cuando llegue otra que sea digna de los 17 años de trabajo que he puesto en el Betis, la aceptaré para complacer al grupo de aficionados que ya no están contentos con mi gestión.

Música estupenda

La vida da muchas vueltas. Crees que tu día va a transcurrir de una manera y, de repente, todo puede dar un vuelco. El fútbol no es independiente de esa circunstancia, que podemos calificar como una ley imperiosa a la que no encontramos explicación. Sobre todo, cuando nos dedicamos a los fichajes, que no se lo pregunten a Joaquín Sánchez.

El del Puerto de Santa María fue uno de los jugadores españoles más despuntados en el primer tramo del siglo XXI. “Joaquín, finta y sprint”, como bien se le conocía, se dedicaba a hacer las delicias de un Real Betis Balompié que veía en cada regate endiablado y en su bandera de crack. Pero, como siempre pasa, los otros equipos más poderosos no pasaron por alto el talento y la pura calidad de este jugador.

Uno de los primeros en interesarse por él, fue el propio Mourinho. “The Special One” quiso llevar la tierra de Cádiz a Londres para unirse al Chelsea. Una oportunidad única para crecer y dar un salto a nivel profesional. Sin embargo, Joaquín no quería dejar su Betis, el equipo de sus amores y su casa, ignoraba las constantes llamadas y reuniones que acabaron por desquiciar al técnico portugués.